Empoderamiento: el desarrollo de las personas
El término empowerment (empoderamiento) ha tenido en los últimos años una resonancia significativa: pertenece a ese grupo de términos anglosajones prácticamente intraducibles, ya que trae consigo un conjunto de significados multifacéticos. Empoderamiento significa mayor “poder”, es decir, la activación de los recursos de un individuo o de una organización.
A nivel individual es la capacidad de las personas de sentirse responsables y protagonistas de sus propias vidas, en términos de expansión del yo. A un nivel de organización es la oportunidad para que la empresa sea más eficaz en su funcionamiento y asuma retos innovadores. En ambos casos, sin embargo, se parte de una situación actual para mejorarla, potenciarla, bajo el supuesto de que todos tienen los recursos que se pueden desarrollar.
Empoderamiento significa movilizar a la gente para crecer como personas y como profesionales realizados en su trabajo, para el éxito individual y de la organización a la que pertenecen, mediante el compromiso y la pasión.
Empoderamiento significa un aumento de la energía, la vitalidad, la participación, la rendición de cuentas, el desarrollo de los recursos humanos, es decir, el uso óptimo de las mejores herramientas y el potencial de las personas, desarrollando así una cultura orientada a la positividad. Un sujeto débil, dependiente, pasivo, pesimista, con un locus de control externo, es una persona “downpower” a la cual se le puede ayudar a restaurar poder y que debe ser ayudada en la activación y, a veces también, en el descubrimiento de sus propios recursos.
El empoderamiento individual se llama auto-empoderamiento y fortalecimiento de los medios personales y profesionales para un mejor uso de las capacidades, las energías y el potencial. Significa convertirse en agentes de nuestra propia vida y trabajo, significa saber cómo ser innovador y generador, cómo movilizar lo mejor para nuestra expresión y crecimiento. El empowerment conlleva un poder real dentro de las personas que actúa sobre su sentido de bienestar y de autoeficacia, un poder que tiene que ver con variables tales como la motivación, la confianza en sí mismo, la energía psíquica, la tendencia al control interno frente al ejercido desde fuer.
Rappaport introduce el concepto de empoderamiento en la psicología comunitaria, ofreciendo una perspectiva del “fuerte” contra el “débil”, ya que se centra en las cualidades positivas de las personas y los recursos, y no en lo que está mal o es inadecuado.
Trabajar a través del concepto de empoderamiento significa:
“identificar, facilitar, crear contextos en los que los sujetos en lugares aislados y sin voz, por diversas razones marginales (outsiders), pueden encontrar la voz, para obtener el reconocimiento y la posibilidades de influir en las decisiones que afectan a sus vidas. El empoderamiento afecta, por definición, a aquellos que están excluidos de la mayoría”.
Proceder en las intervenciones mediante el empoderamiento, por lo tanto, no es “curar” lo que es visto como un trastorno, sino más bien movilizar recursos y conocimientos, aumentar la capacidad individual y colectiva para utilizar las cualidades positivas y lo que el contexto proporciona a nivel material y simbólico para intervenir en las situaciones y cambiarlas.
Empoderamiento: un concepto único para diferentes disciplinas
El concepto “empoderamiento” se ha propagado inicialmente en el ámbito de la psicología para favorecer los procesos de rehabilitación y para disminuir la dependencia de la figura del profesional médico. Actualmente se utiliza en las cuestiones médicas y psicoterapéuticas para tratar temas relacionados con intervenciones clínicas para enfermedades crónicas, prevención y promoción de la salud, tratamiento del estrés, la gestión de la diversidad funcional. Se utiliza también en la dimensión pedagógico-didáctica, convirtiéndose en un factor importante en el aprendizaje permanente, en el contexto sociopolítico para empoderar a los más vulnerables, en el marco político-institucional y, por supuesto, dentro de la organización y la gestión , favoreciendo la responsabilidad compartida y la eliminación de la estructura jerárquica para dar valor todos los participantes.
El teatro-clown social como práctica de salud para construir caminos de empoderamiento individual y colectivo
Proyecto de teatro-clown social “Rugantino 2005”
Destinatarios / Contexto
Grupo con problemas psiquiátricos con niveles de autonomía parcial. Participaron diez personas de un centro de día con dificultades de comunicación y por lo general incómodos en cursos de formación tradicionales.
El objetivo del proyecto era promover la “inclusión social y el incremento de la conciencia personal y grupal”.
Contenido / Resultados de aprendizaje
El objetivo era poner en marcha nuevos procesos de motivación a través de herramientas innovadoras para favorecer el empoderamiento individual y colectivo. El Teatro-Clown Social tiene la capacidad única de permitir que las personas se expresen a través de la experiencia creativa y lúdica.
Se desarrollan habilidades personales y sociales con el fin de ayudar en el aspecto de la educación y las formas expresivas de la comunicación, el respeto y la escucha. En el proyecto “Rugantino 2005”, el teatro-clown fue utilizado como una herramienta social para llevar un grupo particularmente vulnerable y establecer comunicación con ellos.
El proceso se inicia con el encuentro, donde el grupo empieza a “abandonar” lo cotidiano; para ello es necesario facilitar momentos pre-expresivos para acostumbrar al cuerpo para llevar a cabo la actividad y estar con otros en un contexto diferente del habitual.
Para una persona con enfermdad mental es un trabajo muy duro porque es un nuevo espacio donde se pierden los puntos esenciales de referencia, pero se hace necesario para abrirse a los demás y encontrar un momento de comunión y participación mutua.
Se procede con la parte expresiva dictada por el tema del día, para llegar finalmente al momento del post expresivo que es la representación de lo que se ha trabajado durante el proceo, y que permite expresar a través de la puesta en escena las emociones vividas.
El teatro-clown social se convierte así en un elemento social para compartir y expresarse. A través de las actividades escénicas el grupo puede representar su vida a través de la imaginación y el juego, al mismo tiempo que adquirir conocimientos con otros:
- Habilidades para la vida: cómo superar los obstáculos juntos.
- Habilidades sociales: cómo trabajar juntos en un grupo y ser responsable del resultado final (la representación final).
- Habilidades de trabajo: el compromiso de llevar a cabo una tarea, la disciplina, el autocontrol.
Las entrevistas grabadas al inicio y al final del recorrido mostraron el valor del proyecto con fines educativos y de motivación. La experiencia ha contribuido al crecimiento personal de los participantes, su empoderamiento, reconocimiento de las competencias personales y la integración en la comunidad.
El proyecto ha fomentado el desarrollo de las habilidades manuales, la expresión de la creatividad, la práctica del trabajo en equipo, la aplicación visible para los participantes y para el exterior de un proyecto de trabajo que involucra diversas habilidades.
Al finalizar del taller los participantes encontraron una nueva forma de relacionarse con los demás, de una manera más abierta y disponible. Interactúan y ayudan para encontrar una mayor autonomía en las actividades cotidianas.
La puesta en juego y la satisfacción de representar lo que se prepara en frente de una audiencia se convierte en un elemento de satisfacción personal que ayuda a la autonomía y la educación para la reinserción social.
La experiencia ha contribuido al crecimiento personal, su empoderamiento, el reconocimiento de habilidades personal y la integración en la comunidad.//
Bibliografía
Rappaport J. American Journal of Community Psychology, 1978;9:1-25.
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