Entrevista | Olga Vinyals Martori: Artescena Social
Con más de 20 años de experiencia como directora de teatro social, Olga Vinyals, fundadora de Artescena Social, nos explica su proyecto y nos muestra sus éxitos, retos y proyecciones. Una luz en el camino…
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¿Olga, cuándo te interesaste por el teatro social?
Cuando era muy joven me marché a Italia a trabajar como actriz. Tuve varias experiencias en compañías de teatro y fui tejiendo mi propia trayectoria profesional siempre con la mirada puesta en el aspecto social y comunitario que tiene el teatro. Por eso, cuando conocí a Donatella Massimilla, actriz, directora y también interesada por los temas sociales, enseguida emergió un potente proyecto de teatro social en la cárcel de San Vittore, en Milán, primero, con las mujeres presas y, después, también con los hombres. La experiencia duró cerca de 10 años.
Cuando volví a Cardedeu, pueblo del cuál soy hija, la experiencia obtenida y mi inquietud personal me llevaron a iniciar este nuevo proyecto de teatro social y, junto con Noemí Rodríguez Cuadras, creamos la asociación Artescena Social.
Comenzamos con una propuesta de talleres de teatro con el objetivo de fomentar las relaciones intergeneracionales e interculturales. En aquella época no había nadie que lo hiciera. Se propuso crear un taller de teatro en el Casal de Jóvenes “La Fusteria” y otro en el Casal de la Gente Mayor de Cardedeu. El espacio del Casal de Jóvenes, entonces, era un espacio pequeño y poco acogedor, sin calefacción y sin infraestructures. Entonces, una actividad como la que nosotros proponíamos dónde se fomentaba el trabajo en grupo con los jóvenes, la gente mayor y el colectivo magrebí no existía ni en Cardedeu ni en el Vallès Oriental.
El primer proyecto de espectáculo que realizamos fue Cruïlla de camins (Cruce de caminos), el año 2004. Trataba sobre la visión de la emigración de nuestros abuelos y también de la inmigración actual, sobretodo del colectivo magrebí. También incorporamos la visión de los jóvenes, a partir del texto “El racismo explicado a mi hija”, de Tahar Ben Jelloun, juntamente con otros textos que creamos a partir de improvisaciones y de la colaboración de la asociación L’Art d’Escriure de Cardedeu. En este proyecto participaron tres colectivos: hombres y mujeres magrebís, gente mayor y jóvenes, en total, 25 personas sobre el escenario.
Después vinieron, entre otros proyectos: La Botiga dels Desitjos (2007), Els contes de l’avi Llop (2008), Passa la vida (2009-2010) o el Projecte Alba (2010-2011), una reflexión sobre los roles de género que incluyó un taller de danza con Sol Picó y la obra de teatro On vas Alba?
En 2014 presentamos el trabajo de teatro y circo con jóvenes Jo sé què sóc (Yo sé qué soy), y, actualmente, estamos de lleno dentro del Proyecto Tejedoras, un proyecto artístico, comunitario y pedagógico entorno a las condiciones sociolaborales de las mujeres en las empresas textiles. Es una reflexión sobre el papel de la mujer, la dignidad en el trabajo, las situaciones de explotación actuales y el consumo responsable, y que se hace visible con la obra Soroll de Telers.
¿De qué forma trabajáis? ¿Planteáis un proyecto que dure todo el año?
Sí. Empezamos en el mes de septiembre con un taller y vamos trabajando en común las ideas que van surgiendo. Hay personas que colaboran habitualmente con el grupo y otras se animan a participar cuando damos a conocer nuestras propuestas porqué sabemos que pueden estar interesadas y pueden hacer sus propias aportaciones, como un texto, una experiencia, algún objeto… Este trabajo se concreta en una representación pública, la cual no necesariamente coincide con el final de temporada (los proyectos se trabajan de diciembre a junio).
Las personas implicadas, una vez se ha hecho la representación teatral, siguen vinculadas al proyecto y siguen asistiendo a los talleres de teatro. Es un grupo de trabajo abierto, durante todo el año aceptamos la integración de nuevas personas en el grupo, aunque estemos en medio de un proceso creativo. Todo el mundo tiene cabida y es bien acogido, nunca hacemos un trabajo de selección previa.
Es, entonces, un proyecto comunitario que contribuye a cohesionar a los vecinos del pueblo… ¿Trabajáis conjuntamente con el Ayuntamiento?
Trabajamos con el soporte del Ayuntamiento. Los primeros años, sin embargo, pudimos trabajar conjuntamente con el Ayuntamiento. El hecho que participasen las regidorías de Juventud, Cultura y Servicios Sociales permitió que el proyecto fuese conocido y nos facilitó mucho el desarrollo del proyecto con el soporte y el seguimiento del educador social.
Actualmente contamos con el soporte de la regidoría de Cultura, recibimos una subvención anual que nos permite representar nuestros proyectos en el Teatro CECUCA y mantener la continuidad de la actividad en los dos talleres: Casal de Gente Mayor y Casal de Jóvenes “La Fusteria”.
Para nosotros, lo más importante es el proceso y la implicación de las personas en los proyectos, el enriquecimiento personal y social que eso comporta; pero también somos artistas y, por tanto, cuidamos mucho toda la parte de puesta en escena del espectáculo como si los actores y las actrices fueran profesionales. Nuestro trabajo es riguroso.
Nos gusta dar visibilidad al proyecto y a nuestra actividad porque creemos mucho en nuestra propuesta para acercar colectivos y trabajar sinergias y valores que serían más difíciles de proponer en otras situaciones.
Siempre que es posible nos interesa hacer un trabajo en red: Cultura, Servicios Sociales, Juventud, Promoción Económica… Pensamos que de esta manera se facilita el traspaso de noticias, de información y de apoyo. En el 2003, empezamos a trabajar con este tipo de visión (así era mi experiencia en Italia) y seguimos insistiendo.
Al hacer teatro para la integración, es importante saber qué aportáis en cada caso…
¿Conocéis las necesidades de las personas con las que trabajáis? ¿Además del teatro, hacéis algún otro trabajo en paralelo?
Para conocer en profundidad necesitaríamos el trabajo de un/a educador/a social. Necesitaríamos alguien que desde Servicios Sociales hiciera un seguimiento. Hemos tenido casos que se podrían derivar a Servicios Sociales. Con el trabajo creativo del teatro se detectan situaciones, carencias, etc., pero para abordar estas situaciones tendríamos que hacer todo un trabajo que no podemos hacer solas, ya que necesitaríamos un equipo con personas especializadas.
Aun así, el trabajo que se hace a través del teatro es muy útil, ya que se mejora el autoestima, el empoderamiento, la comunicación… Las personas dentro del grupo se desfogan, establecen complicidades, se sienten parte de un grupo… Haría falta que se hiciera una valoración sobre el beneficio personal y social de esta tarea, y esta sería faena de las administraciones, por ejemplo, mediante la aportación de un trabajador o educador social que pudiera recoger datos cuantitativos y cualitativos.
También supone muchos beneficios para los jóvenes. Por ejemplo, tenemos un joven con discapacidad auditiva que participa para nosotros desde hace años y es un clown maravilloso.
Otro beneficio, más allá del autoestima y el empoderamiento, es que los participantes se sienten protagonistas, se sienten activos en la vida cultural del pueblo y les facilita la participación social, fomentando la integración y el distanciamiento de la soledad, sobre todo en las personas mayores. Por otro lado, es importante tener en cuenta que, gracias a este punto de encuentro, muchas personas que acaban de llegar se integran con más facilidad, independientemente de si tienen una situación problemática o no.
Se crea un espacio de comunicación de las diferentes actividades que se desarrollan en el municipio y se abre la posibilidad de colaborar a cualquiera que lo desee.
¿Intentáis conectaros entre vosotros, con otras entidades del pueblo o con asociaciones afines de la comarca, o de Catalunya?
Con Artibarri intentamos crear lazos. Ellos son muy potentes en Barcelona. Si estás en Barcelona todo lo que haces coge una magnitud mucho más grande. Si este proyecto que hemos hecho nosotros lo hubiéramos llevado a cabo en un barrio de Barcelona ahora mismo sería inmenso. Los proyectos que se hacen en la periferia, en un lugar como Cardedeu que, aparentemente no tiene problemas, quedan como desdibujados, como si no fuesen importantes…
También hacéis talleres específicos para jóvenes…
Hacemos el taller de circo y teatro para jóvenes en La Fusteria, que es el nombre del Casal de Jóvenes. Hace más o menos un año, cuando se inició la jornada intensiva en los institutos, intentamos hacer un trabajo más articulado y ofrecer talleres para los jóvenes de la ESO a partir de las 4 de la tarde. Ya disponíamos de un espacio en la Fusteria los viernes y pedimos más días para poder hacer una actividad más articulada y al mismo tiempo aprofundizar la formación en el ocio: el Taller Escuela de Teatro y Circo social.
Durante un año funcionó gracias a la subvención de la Generalitat. Ahora estamos intentando de nuevo redimensionar el proyecto y estamos pensando en un Espacio de Creación de Teatro y Circo social que complemente los talleres que se organizan desde Juventud y que puedan dar una oportunidad de creación colectiva a los jóvenes que asisten y, al mismo tiempo, fomenten relaciones intergeneracionales.
¿Y el circo?
Desde el 2006, Artescena propuso el taller de teatro y circo. Creemos que las dos disciplinas facilitaban mucho el desarrollo corporal y social de los jóvenes. La mayor parte de la subvención anual que hemos recibido durante estos años la hemos destinado a remunerar el trabajo del profesional de circo que ha impartido los talleres durante todos estos años.
El resultado de todo este trabajo ha sido una importante dinamización del circo en Cardedeu. Y también hemos podido construir el espectáculo de teatro y circo Jo sé què sóc, interpretado por 15 jóvenes de Cardedeu. Finalmente, sin embargo, pese a todo nuestro trabajo y nuestro soporte a la actividad de circo, hemos visto que no podemos seguir asumiendo todos los gastos de las dos actividades: el Taller de Teatro del Casal de Gente Mayor y el Taller de teatro y circo en el Casal de Jóvenes, y hacer un proyecto de espectáculo todos los años. Ahora mismo estamos esperando una próxima entrevista con Juventud y Cultura para valorar toda la actividad de nuevo.
¿Cómo planteáis el futuro?
A través de Servicios Sociales de Granollers pusimos en marcha un proyecto de mujeres con una pequeña subvención de la Diputació. Hacíamos teatro con mujeres de diferentes edades y problemáticas, todas derivadas de Servicios Sociales. Trabajábamos en el espacio La Troca, que está en Roca Umbert – Fàbrica de les Arts y fue muy bien.
En el año 2014, la educadora social que hacía el seguimiento propuso que trabajásemos con jóvenes. Presentamos el proyecto EKILIBRIS, circo y teatro social en la Diputació de Barcelona – Bienestar Social para dirigirlo a jóvenes en riesgo de exclusión social. El proyecto ha funcionado muy bien. Una de las claves ha sido el seguimiento desde Servicios Sociales mediante la técnica comunitaria. Casi todos los usuarios son derivados de Servicios Sociales y todos tienen diferentes problemáticas. Hemos conseguido hacer un grupo, hemos trabajado el circo, el teatro y, debido a los buenos resultados, nos han vuelto a conceder una subvención para el año que viene.
El Ayuntamiento de Granollers está apostando por el proyecto de Artescena. Se está intentando hacer una colaboración entre Cultura, Juventud y Servicios Sociales para aportar más recursos y que se pueda desarrollar el proyecto durante todo el año. En este caso, sí que se puede comenzar a hacer un trabajo mucho más sistemático porque hay un educador social y unos Servicios Sociales implicados.
Tenemos ganas de tirar adelante este proyecto en Granollers porque dará más visibilidad al trabajo que hemos llevado a cabo hasta ahora y esperamos poder implicar más regidorías en la actividad que desarrollamos en Cardedeu.//
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