“Ritme en el Temps”: cuatro años bailando la danza del aquí y el ahora | Imma Romero Gelpí

"Ritme en el Temps": cuatro años bailando la danza del aquí y el ahora

Entrevista a Isabel Ollé y Quim Cabanillas (QuimBel-do)

 

Ritme en el Temps (Ritmo en el Tiempo) es el nombre de una compañía estable de danza y movimiento formada por las vecinas y los vecinos del Casco Antiguo de Barcelona. La más joven tiene 52 años y la mayor, 93.

Una de ellas era bailarina de joven, pero el matrimonio, las obligaciones familiares y la moral de la época pausaron su carrera. Otra estuvo más de cinco años encerrada en casa cuidando a su marido enfermo. Una no había bailado casi nunca. La otra cuando baila deja el bastón que necesita para caminar porque tiene toda la pierna llena de hierros por una operación.

Ya llevan casi 4 años bailando juntas y dicen que no quieren que este sueño acabe nunca. Que cuando bailan todos los males huyen y que parece que les hayan salido alas para volar por el escenario. Han actuado más de diez veces en la sala del Antic Teatre, pero también lo han hecho en las calles y plazas de su barrio, e incluso han ido a hacer bolos en otras localidades.

En 2012, Isabel Ollé y Quim Cabanillas (QuimBel-do), de la mano del Antic Teatre Barcelona, ​​decidieron sacar adelante este proyecto con la voluntad de crear un espacio de cohesión, libertad y creatividad entre las vecinas y los vecinos del Casco Antiguo. Después de estos cuatro años de intenso trabajo hablamos con ellos para reflexionar con perspectiva y pensar sobre el futuro.

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QuimBel-do?

Quimbel-do es nuestro nombre como colectivo. A raíz de Ritme en el Temps nos hemos colectivizado y ha surgido una forma de trabajar juntos, un camino entre nosotros. Quim es Quim, Bel es Isabel, y Do es “el camino” en japonés.

 

¿Cómo empieza toda la ‘movida’ de Ritme en el Temps?

El Antic Teatre, que conocía que yo (Isabel) había trabajado en varios proyectos comunitarios relacionados con la danza y el movimiento, me propuso trabajar con la gente de su barrio, el Casco Antiguo de Barcelona. En ese momento estaba trabajando con Quim y decidimos desarrollar este proyecto juntos.

 

¿Por qué la gente mayor?

Enseguida vimos que era una buena opción trabajar con la gente mayor del barrio, porque es un colectivo que siempre está ausente e invisible en las manifestaciones culturales contemporáneas. También creíamos que podía ser interesante porque normalmente son personas que viven solas. La idea era sacarlas de su casa y que vivieran una experiencia colectiva a través de la danza.

Organizamos un Taller de danza y movimiento para la gente mayor, con una sesión de trabajo semanal, y contactamos con el Casal de Gent Gran del barrio del Casco Antiguo para encontrar las primeras participantes. Primero se apuntaron 6, y ahora ya somos 12.

 

¿Cómo es una sesión de trabajo de Ritme en el Temps?

Primero llega María Carmen, que ya está allí porque hace una clase de yoga antes. Nuri llega puntual. Las otras más o menos cuando pueden. A y 10 todo el mundo está en la clase. En este primer cuarto de hora nos saludamos y nos preguntamos cómo estamos: ¿cómo está tu hijo? ¿tu hija? ¿tu rodilla? ¿tu pierna?… Después normalmente hacemos un círculo. Desde el círculo se forma el grupo, y así podemos sentir a quién tenemos al lado y a quién tenemos delante. Y hablamos de lo que vamos a hacer, cómo lo haremos y porque lo haremos. Y hacemos el calentamiento. Empezamos a mover las articulaciones, a respirar, de manera muy suave. Esto sirve como prevención física, pero también abrir y preparar el cuerpo para moverse más intuitivamente. Y luego ya explotamos.

 

¿Qué quieres decir?

Que explotamos creativamente. Hacemos diferentes ejercicios, jugamos, preparamos escenas. Pero siempre desde la escucha y teniendo en cuenta cómo está el grupo y como está cada una de ellas. No nos preparamos la clase previamente, sino que nos preparamos a nosotros mismos, despertándonos temprano y respirando bien, para llegar bien abiertos a la clase y ser capaces de entender como están y así poder realizar la sesión más adecuada a su estado anímico. Por ejemplo, si te has preparado una clase muy física, pero ves que a una le duele el brazo, a la otra el pecho, es un día que llueve, y que el grupo está muy cansado, no tiene sentido que hagas estos ejercicios porque no funcionarán. Preferimos adaptarnos a la realidad de ese mismo día.

 

Isabel, tú vienes de la danza, y Quim tú de las artes marciales y del Shiatsu. ¿Esta diferencia le ha permitido desarrollar su propia metodología?

Isa y yo nos conocimos en una sesión de Shiatsu. Yo (Quim) recibí como paciente a Isabel. A las tres o cuatro sesiones ella ya me comentó que lo que hacía ella y lo que hacía yo tenían un punto de encuentro, y decidimos trabajar juntos para investigarlo. El punto en común entre la danza y el Shiatsu se encuentra en el lugar donde se inicia el movimiento: el centro. Un lugar interno para poder abrir todo lo que tienes dentro. Es por eso que siempre trabajamos a partir de un movimiento que nace desde un lugar intuitivo, sin pensar.
Seguro que este movimiento te hará bien porque es más auténtico y más cercano que un movimiento pautado. Está más próximo a superar tus propios límites, y no los de los demás. Una vez superas tu límite, aunque es difícil al principio, el beneficio que te llevas es increíble. Por ejemplo con Nuria, que en la primera sesión se escondía detrás de una columna, ¡y ahora hace solos!

 

¿Qué tiene la danza que no tengan las demás artes?

¿Sabes eso que hemos leído y escuchado muchas veces que tenemos que estar aquí y ahora? Esto es la danza. Aquí y ahora. O eso es como entendemos nosotros la danza. El hecho de moverse y estar pendiente de cómo te mueves, de lo que tu cuerpo está haciendo, hace que no estés pensando en otras cosas y que seas plenamente consciente de lo que te está pasando en ese momento.
Además, la danza es un arte que mueve sangre. Es más global que las otras artes. Se deben activar tanto el campo físico, como el psíquico y el emocional.
La danza es como un milagro, es la gran desconocida. Es arte, salud y bienestar a la vez; y supone un beneficio para el cuerpo y para la mente muy grande.

 

¿Y cómo entendéis el arte dentro de un proyecto como este?

El arte es una herramienta de comunicación. También es una herramienta que nos permite movernos a todos y que nos gusta. Nos ayuda a superar nuestros propios límites y por eso nos permite caminar de una manera más digna. Además, si improvisar es un arte en sí mismo, ¡la vida también es un arte!
Existen muchos proyectos de artistas que trabajan con diferentes colectivos no profesionales, pero finalmente lo que ves en escena es la idea de este artista. Veo que su proyecto está fuera de esta línea.
Nuestro trabajo no puede ser piramidal. Para nosotros, la estructura (el grupo, las sesiones de trabajo, las presentaciones al público…) es un cuerpo. Y defendemos que el cuerpo es importante, pero tanto como el alma. Y si tenemos un cuerpo, pero no tenemos alma, somos como marionetas.
Además, creemos que no debemos imponer nuestra idea. ¿Cómo le podemos decir a una persona que haga esto o cuente esto, si esta persona tiene mucha experiencia vivida y muchas cosas que contar por sí misma? Todo el mundo tiene algo que decir. Nosotros lo que hacemos es intentar guiar de alguna manera toda esta necesidad de expresar.

 

¿Cómo se trabajan las individualidades en un proyecto donde la cohesión de grupo es tan importante?

Dentro del universo de Ritme en el Temps tenemos diferentes elementos, como diferentes planetas, y cada uno tiene que estar en su lugar. Si no es así este universo se deshará, se desintegrará. Para nosotros el grupo está por encima de todo, por encima de cada individuo. Pero al mismo tiempo la fuerza del grupo te obliga a ser tú mismo, no puedes ser otro, debes ser tú, porque si no el grupo no se podrá sostener y caerá.

Además, el éxito individual dentro del grupo es una ola. Por ejemplo, si yo trabajo el movimiento de Carmen, y veo que ella supera su límite, esto es una fuerza que gana el grupo, porque Carmen es una de las nuestras. Por eso trabajamos mucho la escucha individual, para que sean sensibles a las necesidades y superaciones del resto del grupo.

 

Por eso también os reunís más allá de las sesiones de trabajo y los ensayos…

Ritme en el Temps ha convertido en una banda, en una gran familia. Al principio, teníamos muy claro que era necesario tener contacto con las participantes fuera de las sesiones de trabajo. Conocer a las personas más allá del contexto habitual repercutiría positivamente en las clases. Inicialmente era Quim quien nos animaba a tomar una cervecita todos juntos después de los ensayos. Ahora ya surge de ellas. Proponen quedar para comer, o ver un vídeo de danza por la tarde. También vamos al teatro una vez al mes.
Aparte de esto, también se ayudan mucho entre ellas. Se acompañan para ir al médico y se visitan cuando están enfermas.

 

¿Cómo preparáis los espectáculos?

Esto ha ido cambiando con el tiempo. El primer año ellas participaron en la creación, pero de una manera más indirecta. Ahora cada vez son más activas. De hecho, en la última propuesta ellas eligieron el tema y lo escogieron casi todo. Ahora, por ejemplo, ya escriben los guiones. Llegan también con sus músicas. También muchas escenas surgen de ejercicios que hacemos en clase y que pensamos que pueden funcionar en el escenario.

 

¿Cómo viven ellas estas presentaciones en público?

Cada vez lo viven mejor, y ahora ya lo necesitan. Necesitan comunicar esta experiencia que viven y las presentaciones al público les dan esa chispa para poder hacerlo. La presentación al público es para nosotros una fiesta, vamos a compartir con los demás lo que hemos ido trabajando durante todo el año, pero lo hacemos sin ninguna pretensión. Nuestra pretensión es el camino. En el camino sí queremos que cada una de ellas dé lo que tiene y supere sus límites.

 

¿Qué comentarios habéis recibido del público que ha visto los espectáculos?

Gran parte de los comentarios hacen referencia a la admiración que sienten por estas mujeres, por su valentía para estar allí en el escenario con la edad que tienen. Mucha gente dice que les gustaría ser así cuando tengan su edad.

 

¡Todas ellas son una lección de vida!

Muchas de ellas vienen de esconderse de las bombas cuando eran pequeñas. No se han rendido nunca. Mira que han tenido oportunidades para hacerlo, pues ahora continúan trabajando, y cada vez más, por la gente.

Piensa, además, que estamos bailando en un espacio que antes había sido un cuartel militar. Ellas lo recuerdan y eso también les da fuerza. En el mismo lugar donde se hacía sufrir a sus padres u hombres, ahora ellas están bailando. ¡Por eso son positivas! Y muy generosas. Pero también hemos tenido algunos conflictos derivados de problemas de ego que hemos tenido que trabajar.

 

¿Qué otros obstáculos habéis encontrado durante estos años?

Los principales obstáculos han sido los relacionados con la sostenibilidad económica del proyecto. Es difícil encontrar financiación y recursos para un proyecto como este.

 

¿Cómo se podría solucionar? Es una situación en la que se encuentran creo la mayoría de proyectos de este tipo…

Concienciando. No sé si este proyecto genera economía, pero estamos seguros que hace ahorrar dinero a las administraciones. Si Aurora acompaña a Loli al médico, ya no hay que pagar a una asistente social para hacer esta función. Y si María Carmen tomaba 5 pastillas al día y ahora ya no las toma, la Seguridad Social también se ahorra un dinero.

Es necesario que las instituciones se tomen más en serio y den más apoyo a este tipo de proyectos artísticos. En el ámbito social las instituciones realizan una tarea más paliativa que de prevención. Además, es paliativa del síntoma, y ​​no del problema real que genera la enfermedad.

También creemos que el hecho de que participen sólo profesionales en las manifestaciones artísticas no tiene sentido. Si participan también otros colectivos esto hará crecer la cultura y la sensibilidad hacia el arte en general.

 
¿Qué futuro creéis que le espera a Ritme en el Temps?

La sensación es que no vemos el final. La perspectiva es la de seguir creciendo y ser cada vez más ‘Ritme en el Temps’.

La próxima cita será durante el Festival GREC, el 19 y 20 de julio, en el Antic Teatre. Haremos un repaso a la historia del proyecto Ritme en el Temps, una memoria de lo que ha pasado durante todos estos años.

También seguiremos con los otros proyectos de QuimBel-do. Actualmente estamos trabajando en el proyecto Muévete Babel, con niños y jóvenes del Casco Antiguo, también con el Antic Teatre. Estamos desarrollando otro proyecto en Viladecans, en el Ateneu de les Arts y también en Sant Boi del Llobregat, también con un colectivo de mujeres.

Seguiremos trabajando y trabajándonos.

¡…y haciendo Do!
Exacto, y haciendo camino.

 

Entrevista a Nuria Gracia

Nuria Gracia es una de las bailarinas de Ritme en el Temps. Jubilada, y con 67 años, dice que desde que baila es como si tuviera 15, pero un poco más oxidada.

 

Nuria, me han dicho que tú eres la chica que se escondía detrás de la columna, ¿es verdad?

Sí, es verdad. Es que yo cuando empecé tenía mucha vergüenza. Como todavía no sabían mi nombre, yo me escondía y pensaba que si no me veían, no me tocaría. Pero entonces venía Pepi y me sacaba a bailar. ¡Y yo me quedaba estática! Veía que todas hacían cosas y que yo no podía, que no me salía nada. ¡Es que no me iban los brazos! Isa me decía, ¡haz lo que quieras! Y a mí eso… Porque yo estaba acostumbrada a que me dijeran haz esto, haz aquello… Estuve dos o tres semanas pensando que lo dejaría. Y al final Nuri ganó, y ¡hasta ahora!

 

¿Y qué ha pasado? Porque me han dicho que ahora eres tú la que sacas a bailar a la gente…

Pues que Nuri se ha dado cuenta de que puede ser mejor de lo que se pensaba. Yo bailar, no bailaba nunca. Todo cambió a partir del Vals del Danubio Azul. Isa y Quim vinieron a una de las sesiones de la Escuela de Salud a las que yo asistía, organizada por el Casal de Gent Gran del barrio. Isa dijo: ahora bailaremos un vals; las que tengan pañuelo que bailen con el pañuelo, o sino con las mangas de una chaqueta. Y cuando me di cuenta estaba bailando el vals. Y a partir de ahí pensé: ¡pues lo puedo hacer! Después me costó mucho, pero yo pienso que aunque cueste, si hay alguien que te ayude, lo puedes conseguir. Cuando invitas a la gente a bailar, ves las caras que ponen, que dicen no, no. Tú los animas un poco y finalmente se levantan como pueden y se ponen a bailar. Ves que cuando bailan se les cambia la cara ¡y eso hace mucha ilusión!

 

¿Cuál crees que es el principal obstáculo para ponerse bailar?
Es que a mí siempre me ha parecido que yo no servía para hacer gran cosa. Yo a parte del trabajo, donde siempre me he sentido bien e independiente, no sabía por dónde tirar. He salido poquito y los últimos años cuidando a mi madre no salía nunca.

 

¿Ahora tampoco sales, no?
Ahora sí, ¡ahora no entro! Es que mis amigas no saben ni dónde encontrarme ni cómo encontrarme. Es increíble cómo ha cambiado Nuri. El primer año de estar en el grupo ¡adelgacé 15 kilos! De bailar y moverme de aquí para allá. Antes no hacía nada y de repente pasó el milagro del Danubio Azul.

 

¿Qué crees que tienen la danza y el movimiento para que Nuri pasara de no salir casi nunca a no parar por casa?

No sé si te lo sabría decir… Es que la música para mí ahora es otra cosa. Ahora siento la música y tengo que bailar. Esto nunca me había pasado. Y ahora cuando me dicen, haced lo que queráis, comienzo a correr, saltar, me tiro por el suelo y hago la croqueta… La música tiene como magia, tiene algo especial, y yo no lo había descubierto hasta ahora.

 

Y además, ha nacido una amistad dentro del grupo, ¿no?
Sí, sí. Cuando murió mi madre, que hacía poco que estaba al grupo, vinieron todas al entierro y eso para mí fue muy importante. Y después, cuando volví a las sesiones, ellas ya me habían apuntado a todas las actividades del Casal para que no estuviera sola en casa. Es una amistad muy bonita.

 

¿Qué recuerdas del primer día que actuaste ante el público?
De todo, y la memoria no la tengo demasiado buena, ¿eh? Me acuerdo que Quim llevaba flores de Bach y que antes de salir al escenario nos puso a todos en fila con la boca abierta para irnos dando gotas. Yo estaba muy nerviosa. Isa nos hacía caminar sin parar para que se nos pasaran los nervios. Pero después, cuando estuve en el escenario delante de la gente, me pareció que lo hacía mejor. Y al final todos nos aplaudieron y felicitaron… ¡Madre mía, pensaba, a mí, a mí!
También me acuerdo que le pregunté a Isa si pagaban para que saliéramos tantas veces en los periódicos y en las televisiones. Para mí esto no era normal. Era increíble. Para mí y para todas.

 

“Ritme en el Temps” le ha dado la posibilidad de participar en otros proyectos. ¿Cómo fue la experiencia en el Mercat de les Flors, con el espectáculo del Jérôme Bel?

Cuando nos ofrecieron la oportunidad de ir a bailar en el Mercat de les Flors yo me apunté. Poco después me di cuenta de lo que había hecho. Le dije a Isa y a Quim: no sé qué estoy haciendo, pero me he apuntado para bailar en el Mercat. Me seleccionaron y formé parte del espectáculo. Allí sí que me afectó mucho el tema del público, porque había unas ¡400 personas! Además, todos los intérpretes eran más jóvenes y yo era la más mayor.

 

¿La relación entre Núria y la danza va para largo?
Espero que sí. Ha sido como una bendición, esto de Isa y Quim. Es como si nos hubieran abierto las puertas a un mundo diferente.

 

¿Qué le dirías a alguien que esté en tu situación anterior?
Sólo que venga, y ya verá. Yo no sé si es algo que se contagia o qué. Y además, ¡puedes hacer lo que quieras! El otro día vinieron dos personas nuevas. Una seguro que se queda…
Va muy bien para la salud del cuerpo y para la salud de la cabeza. Y cuando bailas, ¡no te duele nada!

 

¿Sabéis que inspiráis y motiváis a mucha gente?
Esto da vida, da mucha vida. Y, si lo pasas bien, ¡que te quiten lo bailao!

 

Ritme en el Temps está formado por:
Aurora Roig, Nuria Gracia, Pilar Bajo, Teresa Peiró, Pepita Bustamante, Mª Carmen Rodríguez, Carmen Peaguda, Pilar Bayod, Emilia Martín, Jonatan Ballester, María Isabel Gutiérrez, Loli Lorenzo, Quim Cabanillas e Isabel Ollé.

Más info:

Sobre Ritme en el Temps y Antic Teatre
Sobre QuimBel-do: quimbeldodansa@gmail.com//

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Ritme en el Temps, dansa
"Ritme en el Temps"
// Dentro del universo de Ritme en el Temps tenemos diferentes elementos, como diferentes planetas, y cada uno tiene que estar en su lugar. Si no es así este universo se deshará, se desintegrará. Para nosotros el grupo está por encima de todo, por encima de cada individuo. Pero al mismo tiempo la fuerza del grupo te obliga a ser tú mismo, no puedes ser otro, debes ser tú, porque si no el grupo no se podrá sostener y caerá. //
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