El amor en el Teatro de los Oprimidos o cómo desvelar la internalización del poder | Patricia Trujillo

El amor en el teatro de los oprimidos o cómo desvelar la internalización del poder

Teatro de la opresión. ¿Se puede hacer teatro de lxs oprimidxs para tratar el tema del amor? [1]

Partimos de esta pregunta dado que el Teatro de lxs Oprimidxs (en adelante TO, como es bien conocido) nace en un contexto de opresión estructural extrema: pobreza generalizada, graves desigualdades sociales, dictadura militar, censura, etc. Las relaciones afectivas pudiera parecer que pertenecen a otro ámbito, si bien, a partir de la llegada a Europa de Augusto Boal, el miedo, la soledad, la incomunicación… es decir, experiencias subjetivas, comienzan a tomar protagonismo como mecanismos opresores, lo que se denomina y se trabaja como los “policías dentro de la cabeza”.

Respondiendo a la pregunta, en primer lugar, desde nuestro punto de vista, para que se pueda dar una situación de desigualdad, los “policías dentro de la cabeza” son siempre necesarios. Es decir, cuando trabajamos opresiones que remiten a macrocontextos socioeconómicos, políticos y/o culturales, ha de darse igualmente una internalización del poder por parte de los sujetos oprimidos. El interés en este punto no es tanto de la oposición entre las fuerzas dominantes, por un lado, y las dominadas por otro, como de las fuerzas dominantes EN los sujetos oprimidos. En definitiva, el aprendizaje del miedo, de la indefensión o la normalización de la violencia son indispensables para que se dé una relación de dominación, tanto en una dictadura militar como en una pequeña casa en una democracia avanzada [2].

En segundo lugar, aunque considerásemos el amor como una experiencia exclusivamente personal, ya hace tiempo que desde el feminismo Kate Millet nos regaló la certeza de que lo personal es político. Esto es, el amor y cualquier vivencia subjetiva responden a macroestructuras hechas cuerpo en la vida cotidiana.

 

¿Qué puede aportar el teatro del oprimido como herramienta de transformación para tratar el amor?

Enlazando con lo anterior, precisamente el TO puede aporta una visión política sobre el amor al ser su finalidad el vislumbrar las relaciones de dominio, así como buscar sus alternativas. El Amor o las relaciones afectivas son un ámbito donde el poder y la violencia hacen estragos, un medio de control “moderno” de la sociedad desde los cuerpos, las creencias y las prácticas en el día a día. Esto tiene un particular peso en la dominación de las mujeres. La paradoja cruel es que pudiendo ser el amor, los cuidados, los afectos, la comunicación, la solidaridad… fuentes de empoderamiento, en el contexto del patriarcado + capitalismo son fuente de sujeción. Simone de Beauvoir lo expresa muy claro cuando dice:

 

    «El día que la mujer pueda amar con su fuerza, no con su debilidad, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.»

 

De nuevo la misma idea en una entrevista de Lidia Falcón a Kate Millet [3]:

 

  1. ¿Qué significa para ti el amor?
  2. Significa gran parte de mi vida. Conozco el amor heterosexual y el homosexual, y como lesbiana he conocido la persecución, la maledicencia y el maltrato. El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban. Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa.

 

En segundo lugar, el TO, en su vertiente más estructuralista, aboga por estrategias colectivas, de unión entre personas y grupos que viven las mismas opresiones. Creemos que es una gran aportación para las experiencias de desigualdad dentro del marco de las relaciones afectivas, ya que su carácter “privado” o, más bien, la creencia de que son relaciones privadas, es lo que nos deja tanta veces en situación de indefensión. No es casual que, en el proceso de construcción de la violencia en la pareja, el aislamiento sea uno de los primeros pasos.

Dar cuenta de que estamos rodeados de posibles aliados, amigos, familia, vecinos… ante agresiones o simplemente ante una ruptura, pensamos que es una visión muy útil que podemos experimentar con este tipo de teatro social.

 

¿Y, más concretamente, el Teatro Foro?

Explicado brevemente, en el Teatro Foro, técnica fundamental de TO, un grupo de actores y actrices realiza una pieza de teatro de creación colectiva en la que narran experiencias vividas. La obra versa sobre opresiones que se quieren transformar.

Lo que habitualmente se denomina público, son espect-actores y espect-actrices, es decir, quienes tienen la posibilidad tanto de observar la escena como de actuar dentro de ella.

Por último, el o la curinga facilita el debate y la participación. En la primera parte del Teatro Foro se expone lo que es el Foro y se juega con los espect-actores y las espect-actrices. Acto seguido el grupo de actores y actrices representan la pieza de teatro. Por último, se abre el debate y mediante la improvisación con los actores, espect-actores y espect-actrices ponen en escena sus alternativas a las situaciones de dominación expuestas en la pieza.

En dicha improvisación emergen los lugares comunes: cuál es el aprendizaje colectivo tácito de cómo es ser oprimido y cómo es ser opresor en un tiempo y lugar determinado.

Al hacerlo de manera consciente (sabemos conscientemente que es una ficción, un juego, no es una situación real) aprendemos de la experiencia de manera significativa. Además, estar en el papel de oprimido/a o de opresor/a, hace que podamos comprender desde dentro los mecanismos de poder internalizados por los sujetos que desempeñan uno u otro papel. Por último, el situarnos desde el lugar del protagonista, nos hace conocedores de nuestra capacidad de actuar y decidir sobre nuestro entorno.

Como resultado de esta experiencia, en la vida real, nace una especie de alerta, de alarma, que nos permite detectar cuándo nos encontramos dentro de una situación de dominio. Puede ser especialmente útil para el desvelamiento de los micromachismos o microviolencias [4].

Pero no sólo el Teatro Foro es útil para detectar la desigualdad vivida en primera persona.

Su objetivo es la transformación, por lo que vamos experimentando qué estrategias pueden ser llaves de cambio. Entonces, desarrollamos también una alarma interna respecto a las alternativas. Al igual que sabemos detectar la violencia, sentimos cuándo estamos transgrediendo las normas sociales que nos llevan a la inequidad, cuándo nos estamos transformando en la práctica de transformar.

Por último, el Teatro Foro nos permite también indagar sobre los porqués. En el análisis que, mediante la Dramaturgia del Teatro Foro, hacemos sobre las causas de las situaciones de desigualdad encontramos que ciertas concepciones sobre el amor son sustento de este desequilibrio en las relaciones de afecto.

El amor

Actualmente desde Salamandra cía. Teatro Social, y teniendo como antecedente el trabajo arriba citado, estamos llevando a cabo Proyecto Amor. El concepto global sobre el que gira esta propuesta es el amor como biopoder [5].

Según las creencias comúnmente aceptadas sobre el amor, éste es una experiencia asociada a un estímulo externo: una persona (la pareja, los hijos…), un viaje, un proyecto.

Pero, ¿cómo se construyen las relaciones afectivas partiendo de la de escasez, de lo que “me falta” y he de encontrar fuera de mí?

La internalización del poder en este caso se da al estar continuamente enfocadxs hacia fuera, buscando tanto nuestra “media naranja” como la promesa de felicidad instantánea y permanente a través de la pareja, la maternidad, etc. Esto nos merma fuerzas precisamente para construir lo que quizás nunca llegue en la forma que habíamos esperado. Encontramos en Marcela Lagarde [6] cómo el concepto según la tradición griega sobre el amor es una de las fuentes de este pensamiento:

 

    Amante como un ser imperfecto que ama para encontrar en el otro lo que falta, aquello de lo que carece. Amor aquí nos sirve para idealizar a las personas amadas cuando llegan las desilusiones amorosas, los golpes son muy fuertes. Porque ni quien ama es perfecta ni quien es amado es perfecto.

 

Pero, además, nuestras expectativas y necesidad de encontrar a ese “otro yo” es tan alta que a veces no distinguimos el tipo de relación que entablamos. Vínculo que, si no construimos desde el empoderamiento, desde la toma de decisiones, desde la negociación continua entre sujetos iguales, probablemente será una puesta en escena de los aprendizajes de género. Es decir, una relación de dominio. La idealización del ser amado y el enfrascamiento en nuestra fantasía pueden ser tales que soportemos una vida llena de micro y macroviolencias en nombre del “amor”.

Proyecto Amor cuenta con el espectáculo de teatro gestual llamado AMOR, vinculado a los talleres vivenciales Amor que no Mata, donde se dan encuentro el Teatro Gestual y el Teatro de la Opresión. La finalidad de Proyecto AMOR es compartir y crecer sobre un tema que es central en la vida personal y social, un asunto que, aunque vivido en primera persona, es político y responde a formas de dominio en diversas escalas. Buscamos ese amor que es fuente de emancipación, no de sujeción.//

 

Notas al pie

[1] Este texto está escrito desde mi propio aprendizaje como curinga y como actriz de TO. Concretamente, a partir del trabajo con las piezas de Teatro Foro:

  • La Casadita, con la Asociación de Mujeres Paso al Futuro de Tocón de Illora, el CMIM y Concejalía de Igualdad. Sobre el matrimonio y la familia, la presión social, la invisibilización de los trabajos domésticos… La creación y representación de esta pieza ha sido la base de la etnografía dirigida por el Doctor D. Antonio Mandly Robles: Relaciones de Género y Representación. Investigación y Acción a Partir del teatro del Oprimido.
  • Naranja a Medias ¿El Amor nace o se hace? De La Nave de Penélope- cía. viajera de Teatro Social. Sobre el noviazgo, los primeros enamoramientos, el amor romántico, la construcción de la identidad de género, el aprendizaje de los modelos de género.

Entre ambas suman cerca de 80 foros, dentro del programa de Educación por la Igualdad. Diputación de Granada, 2010-2015, provincia de Granada.

[2] Sin entrar en este momento a debatir sobre la complejidad de los significados de dictadura y democracia.

[3] El País, lunes 21 de mayo de 1984.

[4] Término del terapeuta Luis Bonino para designar las maneras que los hombres “modernos”, una vez superadas las expresiones machistas, encuentran para recuperar en control en la relación de pareja. Son manifestaciones no tan evidentes y, en cambio, igualmente dañinas. Ejemplifica, además, cómo los aprendizajes tradicionales de la desigualdad por razón de género siguen presentes tanto en hombres como en mujeres, que en otras esferas han traspasado ciertas barreras sociales.

[5] Biopoder: control social desde la autorregulación, gracias a creencias y prácticas incorporadas por los sujetos. Sin necesidad de una entidad represora ajena a nosotros mismxs. Término del filósofo y psicólogo Michael Foucault que encontramos en 1. La Voluntad de Saber/ Historia de la Sexualidad [1976], Ed. Siglo XXI, Madrid, 2005.

[6] Para mis socias de la vida: claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres, los liderazgos entrañables y las negociaciones en el amor. Ed. Horas y Horas, Madrid 2005.//

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Salamandra cía. de Teatro Social
//[...] cuando trabajamos opresiones que remiten a macrocontextos socioeconómicos, políticos y/o culturales, ha de darse igualmente una internalización del poder por parte de los sujetos oprimidos. El interés en este punto no es tanto la oposición entre las fuerzas dominantes, por un lado, y las dominadas por otro, como de las fuerzas dominantes EN los sujetos oprimidos. En definitiva, el aprendizaje del miedo, de la indefensión o la normalización de la violencia son indispensables para que se dé una relación de dominación [...] //
Patricia Trujillo y Piermario Salerno. Proyecto AMOR - Salamandra cia. Teatro Social
El amor en el Teatro de los Oprimidos o cómo desvelar la internalización del poder | Patricia Trujillo